sábado, 10 de abril de 2010

cOmo dEscUbRi la MaFia dEtRaS de la pArAda dE tAxiS!!

Buenos Aires es una ciudad muy grande, hay varios medios de transporte público que puedes usar para movilizarte. Los taxistas son verdaderos guerreros del volante, manejan sus naves como si estuvieran en una amenaza constante o como si tuvieran que ingeniar diversas formas alternativas de escape. Hay muchísimos taxi en esta ciudad y ahí una gran variedad de estados de ánimo, que pueden tener los taxistas. A mi punto de vista, cada vez te encuentras con un personaje diferente.

El otro día volvía con mi novia del supermercado. Era domingo así que aprovechamos para hacer las compras con mucha tranquilidad. Salimos con muchas bolsas y la única forma de volver a casa ese día era con un taxi. Justo a la salida del hipermercado hay una parada de taxis, uno entiende con mucha ingenuidad, que el objetivo principal es transportar a las personas que salen con sus bolsas de mercado. Parece algo muy simple, pero es en realidad una operación muy misteriosa y engorrosa.


En la parada de taxis hay unos supuestos maleteros, asistentes especializados para subirte al taxi o anfitriones de este espectacular servicio. Por mas que se hacen llamar expertos maleteros, nunca alzan tus bolsas de supermercado y peor aún acomodarlas en el taxi. Lo único que hacen es abrir la puerta del taxi y decirte algún verso barato para sacarte unas monedas. Yo he tomado varias veces un taxi en ese lugar y cuando el amable maletero wannabe se me acerca, le digo que le agradezco mucho por su amabilidad, pero que me las puedo arreglar por mi cuenta. No me gusta que me vean la cara de bobo.


Resulta que ese día yo andaba con mi novia y con mil bolsas de supermercado encima, asi que el tipo decidió aprovechar la ocasión. Se hizo el galán más cortes, abrió la puerta, recomendó en que parte del taxi nos debíamos sentar, sugirió como debíamos colocar las bolsas en el taxi y nos deseó un buen viaje. Cuando estábamos listos para partir, el tipo reclamó por su propina. El hecho de reclamar una propina, ya me parece una total falta de respeto. Le dije al señor que no traía cambio y que me disculpara por no poder darle unas moneditas.


El tipo se puso como loco y empezó a insultarme. Me dijo que lamentablemente por ser yo extranjero, no era tan leal y educado como el resto de los ciudadanos argentinos. Esto provocó aún más mi malhumor, pero decidí no responder a un tipo ignorante y prepotente que reclamaba sin razón. No se quien carajos se cree, ni porque exige algo que no le corresponde. Pero él te hace sentir tan miserable, por no cumplir con su impuesto de salida. Cuando se ha visto que uno este obligado a pagarle a un tipo que no hace absolutamente nada. Lo único que realmente quieres es que arrance el taxi y te lleve a tu casa.


Al ver que el tipo seguía alterándose y yo no le paraba bola, ni le daba importancia alguna, el taxista le dijo que le iba a dar unas monedas para que se quedase tranquilo. El taxista me recomendó que si yo quería evitar que me vuelva a pasar lo sucedido, tenía que caminar con todas mis bolsas a la esquina y tomar un taxi en la avenida principal. Este comentario irónico me parecía muy sospechoso y no me gustó la actitud indiferente del taxista. Camino a casa le di las indicaciones por donde debía dirigirse, pero el tipo se sentía totalmente desorientado en una distancia tan corta y tan transitada. Me hizo varias preguntas fuera de lugar y yo seguía convencido que este taxista se tramaba algo y quería confundirme de alguna forma. Cuando por fin llegamos a casa, pagué el monto correspondiente y luego el taxista me indicó que faltaban 2 pesos. Yo no entendía que sucedía hasta que el taxista me dijo que yo tenía que cancelar la propina que el le había dado al caballero de la parada de taxis.


Yo exploté en total frustración, no podía creer que uno quiera ser más vivo que el otro y que te quieran sacar la plata como si fueras un total ingenuo. Le dije al taxista que no le iba a pagar un centavo adicional, que yo nunca le pedí que pague nada y que el solito se inventó todo el cuento. Ahí fue cuando comprobé la mafia que hay detrás del servicio de taxis a la salida del hipermercado. Todos estas conectados, todos se acolitan entre sí y quieren hacer todo lo posible por sacar un dinerito extra. Cada uno es más sinvergüenza que el otro, pero lamentablemente no les resultó el juego sucio conmigo. Cuando salí del auto me volví y le dije al taxista… y para que quede claro señor, soy ecuatoriano, muy orgulloso de serlo y mi no me van a ver la cara de boludo....

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