martes, 23 de junio de 2009

cOmo casi me QUEDO sin cABEzA!!

¿Será verdad eso que dicen que los gatos tienen 9 vidas? Yo he pasado por muchos pequeños sustos en mi vida. No soy un gato, pero digamos que he sido una persona muy afortunada, o muy desafortunada. Me he salvado de unas que ni pensé que me iban a pasar. También me he salvado de unas 2 veces, pero eso ya es demasiada coincidencia. Lo que he aprendido de todas estas situaciones, es mirarlas por el lado positivo, cagarme de risa un rato y estar más precavido para que no vuelvan a sucederme.

Me gusta mucho viajar. He viajado a varios lugares en el mundo. Siempre pienso más de 2 veces sobre cuál es el medio de transporte más adecuado para mí. Me encanta viajar en avión. Prefiero no viajar en buses de larga distancia por razones obvias. Pero cuando tengo la oportunidad de viajar en auto, disfruto mucho de un paseo por la ruta entre amigos. Los argentinos tienen una costumbre para viajes de larga distancia que me llama mucho la atención. Es muy importante para ellos tomar mate siempre que viajas en la ruta. El mate, el eterno compañero de viaje. Me pareció cheverazo que en las estaciones de servicio tienen unas máquinas expendedoras de agua caliente para el mate. La primera vez que las usé pensé que era la cosa más bacán y práctica para un viaje. Cada vez que me tomo unos mates me acuerdo de varias anécdotas en la ruta.

En Ecuador no se toma mate cuando viajas por la ruta. Pienso que sería muy interesante adaptar el mate para el camino. Te mantiene despierto, atento a la vía y te permite compartir un momento agradable con tus compañeros de viaje. Cuando vas por la carretera en Ecuador, haces otras cosas para matar el tiempo de recorrido. Las señales de tránsito son un personaje importante en las historias de viaje. Siempre buscan destacar en el tema de la historia, pero pienso que no todo el mundo les paramos bola. No se diga de los límites de velocidad. He visto muchos letreros que te indican el límite de velocidad en las carreteras del Ecuador, pero no he visto que muchos conductores les brinden el respeto que se merecen. En mi país hay muchos chóferes imprudentes, algunos manejan su propio límite de velocidad en base a las curvas que se presentan en el camino. Lamentablemente no todos podemos tener el mismo control sobre el volante.

Cuando haces un viaje a la costa vas muy emocionado por la adrenalina de la velocidad. Estamos hablando de largas carreteras, debidamente señalizadas, donde puedes manejar a altas velocidades. Hay algunos baches, huecos o cráteres en el camino. Pero eso es un tema a tratar en otra oportunidad. Lo que si es cierto, es que a la mayoría de las personas que viajan a la costa les gusta manejar muy rápido. No se si sienten que es algo normal. Talvez piensan que necesitan llegar más rápido a su destino. Simplemente puede ser que se dejen llevar, porque su cabeza esta inmersa en la ruta y en todo lo que esta les puede ofrecer. Uno siempre está expuesto a tantas cosas y lo mejor de todo es que nunca sabes cuando pueden suceder.

Hace un par de años fuimos con mi mejor amigo de vacaciones a la playa. Nos encantaba ir a la playa en Ecuador porque significaba desconectarse totalmente de la vida en la ciudad. Bajar desde la montaña a la costa era muy chévere. Tenias que enfrentarte a muchas curvas que te daban la bienvenida. Hay que ponerse a pensar que el rendimiento del motor mejora cuando bajas de la altura. En la costa el motor está más canchero, alcanzas más revoluciones que te permiten más potencia y velocidad. Pasamos cheverazo con mi amigo en la playa. No queríamos que el tiempo pase tan rápido y queríamos disfrutar más, antes de volver a la ciudad. En el viaje de vuelta veníamos contentos. Estábamos charlando de muchas anécdotas divertidas que vivimos en la playa.

Pienso que mi amigo es un buen conductor. Tiene buenos reflejos, conduce a una velocidad prudente y es consciente cuando tiene otras vidas bajo su responsabilidad. Cuando viajo con el, me siento seguro y se que mi vida no corre peligro. No le gusta correr carreras con otros autos que pasan cerca de el. No es como los bestias de los conductores de buses de la costa. Ese día veníamos escuchando música y comentando sobre nuestro tiempo de vacaciones. El paisaje estaba bonito. El clima estaba rico y había un fuerte sol que alumbraba nuestro camino rumbo a la montaña. Las carreteras de la costa son rectas y muy largas. Íbamos a la alta velocidad que nos ofrecía el camino.

Estábamos en plena conversación y con buena música de fondo, cuando escuché un ruido muy fuerte. -No puede ser que algo me sucede en el viaje de regreso- pensaba dentro de mí. Sentí un poco de miedo en ese momento, me costaba abrir los ojos y ver lo que podía pasar. Estaba cubriéndome la cara, cuando empecé a escuchar unas carcajadas muy fuertes. Sabía que mi amigo se estaba cagando de risa por algo, pero no sabía porque. No podía entender porque se reía tanto, que fue lo que le causo tanta gracia. Cuando de pronto empecé a entender todo. Un par de plumas empezaron a caer sobre mí. –Es increíble que solo a mi me sucedan estas cosas- le dije a mi amigo. El tipo se reía cada vez con más fuerza y yo solo podía ver que las plumas seguían volando dentro del auto. Me di cuenta que fui víctima de un ataque personalizado de un pájaro kamikaze.

Yo viajaba en el asiento del pasajero con la ventana abierta. Iba tan contento en el viaje de vuelta, solo disfrutaba la charla con mi amigo y lo que el viaje me ofrecía. Nunca pensé que un animal volador que andaba por ahí iba a cambiar mi suerte ese día. No me pude imaginar, que una simple ave me iba a dar un terrible susto esa tarde. No sabía que un pájaro iba a ser el compinche de mi amigo. Pero lamentablemente el desgraciado animal fue el productor ejecutivo del teletón que más risas ha recaudado en la historia. Nunca pude entender, porque el pájaro decidió venir con todas sus fuerzas y estrellarse con el marco de la ventana de mi puerta. ¿Que le hice yo a la pobre bestia para que venga con tanta agresividad hacia mi? -Maldito pájaro, casi me sacas la cabeza- quería gritar como loco sin parar.

Mi amigo trataba de reanudar la conversación, pero se acordaba del incidente, de las plumas volando sobre mí y de mi cara de no saber que pasaba. Esto le causaba más gracia y continuaba riéndose del episodio ocurrido. Desde ese entonces no he vuelto a viajar en auto con la ventana abierta de par en par. Disfruto bastante de todo lo que el aire acondicionado me puede llegar a ofrecer. Me he puesto a pensar que las cosas me pasan por algo. Talvez tengo que ser más precavido cuando viajo en auto. De pronto tengo que andar yo siempre al volante para que no me pasen estas cosas. He sufrido muchos accidentes e incidentes cuando viajo en carretera, pero realmente ninguno ha sido culpa mía. Nunca supe que les hice yo a los conductores de buses para que atenten contra mi vida. Pero definitivamente se, que lo que les hice fue nada comparado al espíritu de venganza del condenado bicho emplumado.

3 comentarios:

  1. Daniela Machado Jaramillo23 de junio de 2009, 23:04

    poverino uani!!! q mala suerte la tuya .. pero creo q esas cosas suceden a veces , y q por lo menos la ventana habierta a mitad si puedes llevar ahahahhaha... eso si anda atento a los pájaros ahahahahhaahah.....
    besos
    mahaya

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaja me acuerdo cuando contaban esta historia...oirle contar al Franches era lo mejor jajaj me reí tanto y me acordé de algunos otros accidentes o incidentes que sufriste en mi presencia como cuando te caiste de la viga de la ksa de la fer o cuando se nos atravesó la piedra en una curva en la muy oscura carretera a papallacta que miedoo!!

    ResponderEliminar
  3. Pero como olvidarme de aquel incidente, uno de los mas chistosos que me ha pasado contigo mi brother!! Lo que no sabria decirte es si tu eres el que debe manejar en el futuro, ponte a pensar que eso tal vez sería mas peligroso!!!! jajaja... Buena anécdota, y lo mejor de todo fue como quedaste lleno de plumas, a lo que tu llamas un par de plumitas encima!!!!jajaja...
    Me has hecho reir Juates, ya era horitafff que pongas una de tantas historias que yo he sido testigo!!!
    un abrazo mate
    B!

    ResponderEliminar