martes, 21 de julio de 2009

coMo RaTiFiQUE al EMPLEADO deL mES!!

Siempre me he preocupado por el servicio al cliente. Pienso que es la clave para establecer una conexión efectiva entre el customer y el proveedor del servicio. Es muy subjetivo el tipo de servicio que cada uno ofrece a sus clientes. Pero lo que es claro es que cada persona va a querer que siempre le traten mejor. Una excelente atención al cliente sienta la pauta para hacer placentera la estadía y para que vuelva en otra oportunidad. Pero no siempre recibimos el trato que esperamos. Algunas veces no entendemos ¿por que?, en otras ocasiones reclamamos para que nos traten mejor y casi nunca nos quedamos callados como si no hubiera pasado nada. En el mayor de los casos estas actitudes te pueden ofrecer cosas inesperadas.

Muchas de mis experiencias laborales han girado en torno al servicio al cliente. Tengo muy claro que el cliente es lo más importante y se merece el respeto y el mejor trato que busca. Hay algunos lugares donde los colaboradores que atienden no tienen idea lo que es tratar a otras personas. ¿Pensaran talvez que los negocios se mueven solos? ¿No estarán concientes de que los clientes son los que pueden garantizar su éxito o fracaso? ¿No abrirán los ojos para ver que sus negocios giran alrededor de sus clientes? Pienso que muchos locales están al tanto de todo esto, talvez será que realmente no les importa. Yo siempre he tratado bien a todas las personas y lo mínimo que espero es que me traten igual.

He tenido algunas experiencias no muy gratas con diferentes proveedores de servicio en la ciudad de la furia. Me ha tocado un mesero respondón, un cajero “quemeimportista” y con cara de culo, una anfitriona que no me deja entrar al restaurante, por más de que vine temprano, ya que no califico a su número oficial de comensales presentes por mesa o un taxista canchero que se cree el dueño del camino y de mi destino. Pero en todas estas experiencias he sabido mantener la calma y usar mi paciencia para resolver la situación. Siempre tiendo a buscar el lado positivo de las cosas y hacerme pana de la gente para aliviar cualquier situación tensa que se presente. Es mejor solucionar astutamente el problema de raíz que tratar de cambiar de repente el sistema.

El otro día estaba paseando con mi vecinita. Estamos en pleno invierno y es súper rico caminar bien abrigados sintiendo la brisa de la ciudad. Nos dio ganas de entrar a comer un café con helado. Pasamos cerca de un McDonalds, así que nos aventuramos a entrar. Teníamos poco tiempo, necesitábamos que tengan disponible lo que queríamos, que este rico, que nos atiendan rápido y que nos traten bien. No pedíamos mucho, solo veníamos a disfrutar de un rico postrecito. Mi vecinita se dio cuenta que el chico que estaba por atendernos, tenía una camisa diferente. – ¿Será que cambiaron el uniforme, chamo?- me preguntó de repente. Cuando me fijé en la camisa, el pana del McDonalds tenía una mirada amigable y eso ya me dio una buena impresión.

Hicimos nuestro pedido y lo empezaron a preparar con mucha rapidez. –Que perfecta experiencia de servicio del día de hoy- pensaba entre mi. Yo necesitaba cambiar unas monedas para tomar luego el colectivo. En la ciudad de Buenos Aires hay actualmente una escasez irracional de monedas. Es muy difícil conseguir monedas y por poco te pegan si les pides que te las cambien. Odio las condenadas monedas, a veces tienes que hacer hasta lo imposible por conseguirlas. Este chico que nos atendía se veía tan buena persona que decidí arriesgarme a preguntarle. No tenía nada que perder, tenia que probar mi suerte. Ya estoy acostumbrado a que me digan -no tengo monedas, viste-

-Oye broder, dame porfa unas dos moneditas con el vuelto- le dije al chico del McDonalds. Para mi total asombro, el chico accedió y se puso a revisar su caja registradora. Cuando me dio el vuelto mi cara de felicidad no podía ser mayor. Me dio cinco monedas. Cosa insólita e increíble en la ciudad de Buenos Aires. –Que suerte tienes, se paso de pana este chamo- decía mi vecinita también incrédula. Le agradecí mucho al chico del Mc Donalds y le dije que debería haber más personas amables como el en esta agradable ciudad. Le dije a mi vecinita que quería escribir una felicitación para este chico ya que nunca antes me habían tratado tan a lo bestia en un restaurante de comida rápida. Cuando me acerqué a solicitar un formulario de customer experience, mi cara de asombro continúo en aumento. La foto del empleado del mes que colgaba a mi lado, se me hacía muy conocida. Ese momento interrumpí al siguiente cliente que estaba siendo atendido y felicité fuertemente al chico del McDonalds. Me quede tan contento al saber que su excelente desempeño había sido reconocido.

Debería haber más gente como el chico que me atendió cuando fui por un heladito. Es increíble que sea tan sencillo tratar bien a la gente. Un simple gesto de educación puede ocasionar una experiencia de servicio muy placentera. Aunque nos de pereza, nunca está demás decir, por favor, muchas gracias o acolita. Las personas que están del otro lado también se sentirían bien y estoy seguro que tendrían la mejor voluntad por dar lo mejor de si en su trabajo. Espero que la próxima vez que necesite cambiar monedas me traten así de bien. No se por que les cuesta tanto cambiar monedas en esta ciudad, estoy seguro que de ley siempre tienen. No se les va a gastar la cara por voltearse a mirar. Solo son las puras ganas de ser mala onda. Es facilazo ser buena gente y sonreír no te cuesta nada. Hoy y siempre, va a ser solo una cuestión de actitud. Hasta puede que algun día llegues a ser el empleado del mes.

1 comentario:

  1. Ya gastaron toooodas las monedas que les dejé??
    Besitos, J

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