domingo, 25 de octubre de 2009

cOmO aCoLitE a mI paNa el mOsQuiTO!!

Es súper chévere cuando se termina el invierno y llega la primavera. Esta estación es más alegre y ofrece un clima bastante agradable. La gente empieza aprovechar más de las actividades al aire libre. Pero con la llegada del calor también caen a la fiesta unos panas que son cargosísimos, Los Mosquitos. Es una ladilla cuando quieres disfrutar de un rico día de sol, pero los mosquitos molestan tanto, que termina convirtiendose en una pesadilla. No se diga si los bichos vienen sin avisar, cuando te das cuenta ya es demasiado tarde.

El otro día estaba yendo al trabajo en colectivo. A veces consigo un buen puesto desde la salida y otras veces me toca ir parado haciéndome un espacio entre la gente. Pero siempre que voy de pie, busco alguna actividad para entretenerme. Generalmente voy leyendo un libro o escuchando música. Otras veces veo los diferentes paisajes que aparecen el salir de la ciudad. Pero el otro día tenía algo muy curioso en que fijarme. Había una señora que dormía muy placenteramente en el asiento del autobús. Estaba tan dormida que tenía la mitad de la cara marcada por el vidrio y el filo de la ventana. Incluso se le escapaba un pequeño arroyo de saliva de su cachete izquierdo. La vieja estaba muy cómica y dormía tan profundo que no tenía idea de lo que podía pasarle. Hasta que asomó por ahí un pequeño zancudo.

El mosquito empezó a volar muy cerca de la señora. Pude ver claramente como se paseaba campantemente, mientras inspeccionaba a su víctima. La señora seguía roncando y no se percataba de que lo estaba sucediendo en el lugar. Yo empecé a mirar con mucha atención al mosquito. Seguía un recorrido bastante estratégico para acercarse a la parte más gordita del cachete de la señora. Sin duda era un zancudo astuto, tenía que hacer una sola estocada de éxito.

Me vi atrapado en una encrucijada muy grande. No sabía si despertar a la señora y prevenirle del ataque que iba a sufrir. Pensé en advertirle, pero me di cuenta que estaba tan dormida que yo le podía causar un susto muy grande. Obviamente un susto de ese calibre, venía acompañado de un insulto malhumorado. Pensé también en justiciar al insecto, pero si lo machucaba frente al vidrio donde dormía la señora, iba a levantar a la vieja de un solo golpe. Las opciones me estaban poniendo de lado del equipo del mosquito.

Decidí dejar que la señora corra la suerte de su destino. Me cagaba de risa entre mí, trataba de ser lo suficientemente cuidadoso para pasar totalmente desprevenido. Me quedé quieto y dejé que el zancudo siga adelante con su plan. El bicho sobrevoló la zona lentamente, antes de atacar a su presa. Le pegó tremenda picada a la señora pero la vieja ni se movía. Me empezó a dar un gran ataque de risa. El mosquito seguía picando a la señora y ella simplemente abría la boca lentamente y hacía muecas muy cómicas.

Luego de que el festín llegó a su final, el mosquito empezó a dar vueltas largas. No se si estaba buscando otra víctima o simplemente descansando del empacho que tenía. Se poso sobre el vidrio para agarrar un poco de aire, cuando de repente un periodicazo acabó con su vida. Un viejo que estaba a mi lado decidió justiciar a mi panita volador. Ocurrió lo que tenía que pasar. La señora se levantó sobresaltada con el fuerte ruido. Miraba a todos a los ojos para dar con un responsable. Pero el sueño la vencía, así que volvió a quedarse dormida con el mismo cachete pegado al vidrio. No señora, no era la mejor idea. El mejor amigo del mosquito estaba volando en picada para cobrar con todas sus furias, la venganza de su ser querido.

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