sábado, 31 de octubre de 2009

ComO eVitE un aTaQuE CLAustRoFObiCo!!

Me gusta mucho el contraste arquitectónico que encontras en la ciudad de Buenos Aires. Es súper chévere porque hay estructuras muy antiguas de puro estilo europeo, que se mezclan con imponentes edificios modernos. Pero definitivamente los ascensores son algo que no concuerdan con esta gran urbe. Yo me imaginaba que al venir a una ciudad tan cosmopolita me iba a encontrar con cosas modernas y sofisticadas. Pero acá la mayoría de los ascensores son modelo 1.0. Con rejitas, tipo acordeón, el estilo más clásico del mundo.

Además de ser antiguos, son súper chiquitos. Pueden entrar hasta máximo 2 o 3 personas. Para cerrar con broche de oro, algunos ascensores son extremadamente lentos. Así que cuando vives en edificio, el tener que acostumbrarte a los ascensores es toda una historia. Es horrible cuando te agarras los dedos en los ascensores de rejitas, son tan traicioneros que en cualquier momento te pueden dejar manco. Cuando me cambié de casa estaba muy contento. Conseguí un departamento súper chévere en un edificio nuevo. Lo primero que me fijé, fue que por fin tenía un ascensor común. Con puertitas de metal que se abren totalmente para poder entrar. No extrañaba para nada el viejo ascensor de mi otro edificio. Definitivamente la onda retro en tema de ascensores no va conmigo.

El otro día estaba volviendo a mi casa. Entré con toda prisa al edificio y toqué el botón para que baje alguno de los 2 ascensores. Ingresé al ascensor con la misma viada y cuando oprimí el botón para subir a mi piso, sucedió algo que nunca me imaginé. Yo desconfiaba mucho de los ascensores antiguos, pero estaba convencido de que mi ascensor nuevo nunca me iba a jugar una mala jugada. Talvez demasiado confiado para mi suerte de aquel día.

Cuando se cerró la puerta, se apagaron todas las luces el ascensor. Yo no sabía que pasaba y cuando el ascensor no empezó a moverse, fue cuando realmente me preocupé. Empecé a aplastar todos los botones como loco, pero no había reacción alguna. No sucedía nada. Estaba todo muy quieto, no escuchaba ningún ruido, fuera del aire de ventilación. Luego de oprimir hasta el botón de alarma y golpear fuertemente la puerta, mis intentos por salir se fueron desvaneciendo poco a poco. Estaba encerrado en el ascensor desde hace unos 10 minutos y no sabía que hacer. Intente hacer que el mecanismo reviva con unos golpes de suerte, pero no había ninguna señal. El ascensor no tenía la mínima gana de moverse. Decidí calmarme y pensar cuáles eran mis alternativas.

Sentado en el piso, empecé a pensar cuál forma de escape me faltaba probar. Se me ocurrió forzar la puerta para tratar de salir. La empujé con todas mis fuerzas pero no había movimiento alguno. El ascensor seguía insistiendo en tenerme de rehén y yo iba a ser lo imposible para no dejarme rendir. Se me ocurrió hacer palanca contra una de las paredes para tener una mayor fuerza de resistencia. Hasta que ocurrió lo inesperado. La puerta se empezó a abrir poco a poco. Logré salir del ascensor afortunadamente. Me moría de iras porque el ascensor estaba dañado y nadie había puesto un letrero de aviso. Cuando de repente el condenado ascensor empezó a moverse y se desplazó unos pisos arriba. Una señora bajó muy campante y me quedó viendo raro. Yo le clavé los ojos a la vieja desubicada. ¿Que, no ha visto nunca a un pobre tipo que se quede encerrado en el ascensor? Pues yo si, y definitivamente voy a subir por las escaleras la próxima vez. No vaya ser que un ascensor alevoso se quede picado y quiera volverme a meterse conmigo.

2 comentarios:

  1. sabes que tu ira fue por subir escaleritas jejejejeje

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  2. Vieja loca te miro como si hubieras dañado el ascensor, vieja bolsa!!!

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