martes, 22 de diciembre de 2009

coMo eScaPe dE la LLuViA de hUevOS!!

Es curioso cuando llegas a un nuevo lugar y te da la bienvenida una gran variedad de costumbres. Piensas que al principio algunas cosas son por rutina, otras por descendencia y otras no entiendes por que se realizan. Es chistoso porque algunas costumbres se te pegan, a algunos a veces demás. Pero lo que siempre te preguntas es porque hay ciertas tradiciones que demuestran comportamientos fuera de lugar. Es talvez que sacamos nuestro instinto animal o simplemente tenemos un momento de descontrol y queremos pasar un buen rato cague de risa.

El otro día viajaba en el subte. En este novedoso medio de transporte hay siempre una gran cantidad de gente. No se si porque estamos cerca de navidad, la gente sale a hacer las compras a última hora, o porque sienten cierta diversión al viajar apretados como sardinas. El calor era insoportable y lo único que quería era llegar a mi casa. Estaba felizote porque iba a llegar a mi casa a darme un baño en agua helada y tomarme una cerveza fría. Después de un largo día de trabajo era la recompensa que más deseaba.

Bajé del subte a toda velocidad y empecé a buscar la salida más cercana a mi destino. La gente se empezó a mover con más prisa y los túneles del subte se empezaron a plasmar de cientos de hormigas. Vi la luz que reflejaba en las escaleras de la boca del subte y empecé a dar los primeros pasos. De repente vi algo que vino volando y explotó junto a mi cabeza. Regresé a ver y era un huevo que se estrelló contra la salida del subte. Alcé la vista y vi que afuera había una lluvia de huevos voladores y harina. Vaya forma de darme la mejor bienvenida.

Decidí dar un paso atrás y ser espectador del fusilamiento de huevos, harina, pegamento y otra lista extensa de cosas extrañas. Una chica estaba siendo fusilada con esta mezcolanza particular y lo peor de todo es que estaba felizota. Yo no entendía que pasaba, no quería enfrentarme al descontrol de la jungla de cemento. Los huevos empezaron a escasearse y solo dejaban un agradable olor nauseabundo. Vi que la desdichada homenajeaba empezaba a saludar a sus seres queridos y abrazarlos porque le había bañado de porquerías. Pensé que el desorden público había cesado y decidí subir un par de escalones. Mala decisión para todo lo que me esperaba.

Alcance a sacar la cabeza cuando otro huevo vino volando y indicó que era hora de volver al túnel. Definitivamente la vida de topos era mi única escapatoria de salida. Regresé a ver a mi alrededor y vi que no había solo una persona fusilada ese día, eran 6 las personas perseguidas por los locos tira huevos. Yo era solo el pobre desafortunado que optó por salir del subte frente a la puerta de salida de la universidad. Ahí fue cuando caí en cuenta del rudimentario ritual. Cuando tu estudias muchos años en la universidad, apruebas todos tus cursos, pones todo el esfuerzo por ganar experiencia, alcanzas la máxima meta añorada por todos. Te conviertes en el próximo condenado a fusilamiento de huevos, harinas y cualquier otra cosa pegajosa que encuentres en tu camino.

No se porque celebran la graduación de la universidad de esta forma tan salvaje. Pude ver claramente que algunas personas que esperaban al desdichado graduado, sostenían un huevo en su mano, pero sobre todo tenían una mirada de maniáticos. Un sed de poder por fusilar y hacer un chiquero frente al camino de mi casa. Fue cuando me di cuenta de lo que representa este elegante ritual, te dan la bienvenida a un nuevo mundo, tras romper un cascarón. Lástima que el paredón de fusilamiento salpique frente a un pobre topo citadino, que lo único que quería era que no le llenen de huevo y harina ese día. Rituales medievales, costumbres arcaicas o verdaderas expresiones de nuestro instinto animal. Razones por la cuáles la próxima vez, voy a pensar bien por donde bajarme del subte, no vaya a ser que una barbarie decida darme tremenda fiesta de bienvenida.

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