coMo viVI a pLeNo mi PrimERa NaviDad en La aRgEnTINa!!

La Navidad es una fecha muy especial para mí. Me gusta disfrutar las fiestas junto a mi familia, amigos y en fin con todos mis seres queridos. Nunca me imaginé que esta Navidad iba a empezar y terminar de una manera tan diferente. Era mi primera Navidad en la Argentina, sentía mucha emoción, la planifiqué al máximo para que salga súper chévere, pero al final de cuentas, las cosas inesperadas fueron tomando su lugar protagonístico en la historia.

Empecé el día de Noche Buena tomando un taxi muy apresurado hacia el hospital. Tuve una caída muy fuerte hace 2 días y me golpié para variar mi espalda. Esto de seguro es una historia muy esperada, pero me la guardo para otra ocasión. No logré conciliar el sueño la noche antes de Noche Buena y me retorcía en la cama del dolor buscando una posición para dormir. Eran las 8 de la mañana, cuando hablé con mi novia y me dijo, -basta, nos vamos ya para el hospital chamo, no puedes empezar el día así-

Cuando llegué a la guardia de traumatología no había nadie, creo que yo era uno de los pocos a quien se le ocurría golpearse antes de las fiestas y venir suplicando por un alivio al dolor. El médico me revisó muy amablemente y me mandó a sacar unos rayos x. Antes de ir a sacarme las fotografías me recetó un buen calmante para poder disfrutar las fiestas. El enfermero que me atendió ese día fue de lo más pana. Me recibió en una habitación donde el reggae mandaba el ritmo el día. Eran frascos llenos de medicamentos y jeringas, y el enfermo buscaba los componentes de mi cóctel de fármacos al ritmo de Nonpalidece, no podía creer entre mí, este tipo me va a dejar de lo más relajado. Su timbre del celular interrumpió la búsqueda, la tonada de una canción de Los Cafres, más reggae para la búsqueda de mi alivio, me indicaban que fui a parar al mejor lugar.

El médico me dijo que la inyección me iba a aliviar el dolor y que el reposar obligatoriamente todo el día me iba a permitir ponerme en pie a la noche y disfrutar de la cena de Navidad. Debo reconocer que mi novia se portó divina y me ayudó a sobrepasar con mucha paciencia ese largo día. Cuando llegó la noche ya teníamos todo listo para nuestra primera cena de noche buena en la Argentina. Yo me imaginaba que cenaríamos asado por estar en Buenos Aires, pero se nos ocurrió hacer un menú un poco más hogareño y especial. Nos juntamos con una pareja de amigos, ella de naturaleza Inca, y el pana escuchaba desde chico a Rubén Blades. Así que el menú fue variado, abundante y divertido. Representaba un poco algo de cada nacionalidad y el sentimiento de unión de ese día. Comimos muy rico y nos cagamos de risa. Un pisco sour de maracuya fue la mejor forma de empezar la celebración.

Hicimos el respectivo brindis, abrimos los regalos, nos dimos el abrazo, jugamos jueguitos de mesa, bailamos, otros intentamos hacernos los que bailábamos desde una silla, en fin pasamos una noche estupenda. La navidad es una fecha donde me hace falta mucho mi familia, pero el momento tan agradable que pasamos con mi novia y mis amigos en casa, me hizo sentirme acompañado y disfrutamos de un lindo tiempo juntos. Creo que todos atravesábamos sentimientos parecidos, nos sentíamos lejos de casa, pero a su vez nos hacia sentirnos más cerca de nosotros y compartir a full los momentos de fiesta. Ese día me sonreí mucho, sabía que en Ecuador mi familia estaba disfrutando de la Navidad, pero yo estaba contento y tranquilo y los sentía a cada uno de mi familia alado mío. Hice algunas cosas que normalmente hago con mi familia en Quito, eso me ayudó a sentirme menos lejos de casa aquel día. Me hizo acordarme de todo los momentos lindos que he pasado con ellos y el verdadero significado de las fiestas. Lo que aprendes en tu casa, lo llevas consigo siempre, cada vez que te pongas a pensar en ello, tus mejores recuerdos y tu verdadero ser, van a estar ahí presentes. Estaba contento, sabía que a la mañana de la Navidad, me iban despertar como cada año desde pequeño, para abrir los regalos juntos.