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El otro día nos juntamos con mis amigos en un Cantri. Uno de mis amigos tiene una casa en Country y era el lugar ideal para un rico asadito el sábado a la noche. El asado estuvo buenísimo y el parrillero mendocino demostró todos sus dotes de buen asador. Me llamó la atención que para entrar al Cantri, es todo un proceso complejo y demoroso de revisión en el ingreso. Parece que en el lugar tienen todas las extremas condiciones de seguridad.

En Argentina hay muchos barrios cerrados. En lugar de llamarlos urbanizaciones gigantes adquieren el nombre de Country, probablemente porque la mayoría de ellos están ubicados en las afueras de la ciudad. Pero lo curioso de la palabra usada para este tipo de lugares es la pronunciación propia y particular de la misma. Por mas que se refieren a un Country o a un barrio cerrado, siempre hablan de los Cantris y que la vida dentro de los Cantris es fantástica. Esto ha despertado un gran mito sobre los Cantris y que es lo que realmente sucede dentro de ellos.

Los Cantris abarcan generalmente una gran extensión de terreno. Son espacios semiverdes habitacionales, rodeados de alambrado. Desde afuera percibes que la vida aparenta ser muy tranquila, pero te puede llevar incluso a desconectarte totalmente de la realidad.
Hay algunos Cantris que son tan grandes que incluso tienen en su interior colegios, shoppings o supermercados. Uno puede llegar a pensar que es posible desarrollar una vida sin la necesidad de salir del Cantri. Esto es algo que no llego a comprender, siempre es necesario el contacto con el mundo real y con los diferentes aspectos que este presenta. Si vives en una burbuja Cantri, vives realmente aislado de todos los problemas sociales como el tráfico, la contaminación, el ruido, la violencia, entre otros. Por más de que no convivas con ellos día a día, no quiere decir que te puedes olvidar que existen y que es preciso hacer algo al respecto para superarlos.

Uno puede pensar muy ingenuamente que la vida en un Cantri además de ser privilegiada, puede llegar a ser muy segura. Pero esto no es realmente todo lo que la gente pudiente que vive en el Cantri espera. El pensar solo que viven amurallados bajo una red protectora de alambre y con un complejo sistema de ingreso y control vehicular, no les garantiza que están protegidos de robos o de incidentes que puedan presentarse en el interior del Cantri. Al final de cuentas creo que están más expuestos a más peligros de lo que realmente se imaginan. Los ladrones generalmente van a poner el ojo en casas gigantes y en familias adineradas, personajes que pueden encontrar a su escoger dentro de un Cantri.

Al día siguiente de la juntadita con mis amigos, vi las noticias y me quedé asombrado. Habían entrado ladrones a asaltar una casa justo en el Country donde yo estuve el día anterior. No sé si el reportaje fue amarillista, pero cuando la empleada doméstica que fue atracada le dijo al ladrón que ahí no había dinero, él le contestó con toda la tranquilidad del mundo -eso ya lo sé, por eso volví a venir-. Las personas que viven en los barrios cerrados deberían estar más conectadas con los problemas sociales y darse cuenta que deben tomar medidas de seguridad extremas. Están igual de expuestos que la gente que vive fuera del Cantri, por mas de que ellos no lo quieren ver así. Debe ser muy difícil pensar que lo tenían todo, pero en verdad les falta todavía mucho por conseguir.