sábado, 7 de noviembre de 2009

cOmo eNfrEntAr un PARO siN plAnIFicAcIOn!!

Siempre he querido conocer cuál es la verdadera razón por la que se organizan paros y protestas publicas. A veces pienso que las protestas son con justa causa, pero otras veces no entiendo el por que de los hechos. Talvez se dejan llevar por la presión de las masas o por la ambición de poder de su grupo sindical. En fin, algo que definitivamente les hace falta a los paros, es la planificación. Hacen paros cuando les da la gana, sin previo aviso, o realizan muchos reclamos públicos en un solo día. Es aquí cuando la ciudad se vuelve un caos, todo esta patas arriba y los únicos que la pagan, son el resto de ciudadanos que esperaban tener un día normal.

En una ciudad tan grande como Buenos Aires, te acostumbras con el tiempo a varios personajes. La distancias, el tráfico, el ruido y el poco tiempo para hacer las cosas, son algunos seres emblemáticos de esta ciudad. Hay otros actores que se presentan de vez en cuando, los paros y las protestas públicas. Pero cuando ellos vienen, quisieras que nunca se les hubiera ocurrido venir. Es aquí cuando todo se convierte en un verdadero relajo. -Que quilombo, Che- como dicen mis panas argentinos.

El otro día salía de una reunión, cuando nos dijeron que para volver al centro de la ciudad había una cola de tráfico con una demora de 4 horas. Algo insólito, cuando puedes hacer el mismo recorrido en media hora. Me enteré que no había solo un paro ese día, habían 5 protestas al mismo tiempo. La ciudad estaba hecho un caos y todos los accesos a la capital estaban bloqueados. Para variar, los panas del subte habían decidido que era el mejor día, para reclamar por sus derechos. Fue la señal para que se desate un verdadero quilombo.

Me quedé toda la tarde en provincia y cuando me aventuré a volver a capital, las cosas estaban un poco apaciguadas. Opté por tomarme un bus de regreso a casa. Fue en realidad toda una verdadera aventura, los buses venían a reventar de gente y se pasaban de largo. Talvez, una cola de espera de 2 cuadras, era una señal poco clara para se detengan a saludar. Decidí esperar pacientemente y dedicar el tiempo a la lectura. Había una señora atrás mío que se veía muy angustiada, parecía que no tenía el mismo buen humor que yo. Cuando pasó el 4to bus y no se detuvo, la vieja estalló en un ataque de rabia. Yo cerré mi libro, sabía que algo polémico estaba por suceder.

La dama salió corriendo tras el bus. Cuando se detuvo en el próximo semáforo, la señora empezó a gritar como loca. Reclamaba que todavía había un puesto para ella, en la 5ta parte del ultimo escalón para subir al bus. El chofer hizo caso omiso a su bolsa de insultos. El nivel de furia de la peatona iba pum para arriba. Cuando sucedió lo inesperado, la señora se paró delante del bus. Pensó que si abría los brazos y piernas y chillaba sin parar, el bus le iba a parar bola. La gente de la cola de espera se empezó a acercar. No se por que, los curiosos aparecen misteriosamente en cuestión de segundos. –Quítese del camino señora, le van a lastimar- dijo otro buen samaritano. La señora chillaba, saltaba y pataleaba, pero había organizado desorden público en vano. Fue entonces, cuando corrió al lado de la ventana del chofer. Empezó a golpear el vidrio y seguía reclamando el por que no la querían llevar. Cuando de repente el chofer se volteó a la señora antes de acelerar. –Escúchame, vieja, ándate a cagar- dijo mientras subía la cumbia a todo volumen y el bus desaparecía a toda marcha.

Luego del entretenido suceso las cosas volvieron a la normalidad. Afortunadamente no se llegó a mayores consecuencias. Acá los buses se detienen solo en las paradas autorizadas y solo si les da la gana. Cuando hay paro de subtes o alguna protesta pública de gran índole, el sistema de transporte colapsa de inmediato. Hay que ponerse más pilas y buscar formas alternativas de movilizarse. Por ahí dicen que a veces ayuda jalar dedo. Pero siempre hay que estar atento a todo lo que puede pasar. Cuando pasó el siguiente bus, pude por fin subirme al tumulto. Había alguien que me empujaba para hacerse espacio en la lata de sardinas. –Muévase un poco señor, no ve que no entro en el escalón?- Esa voz reclamona se me hacía muy conocida, respiré profundo y pensé más de dos veces, antes de voltearme amablemente a responder.

3 comentarios:

  1. aassuu,,si la verdad q se vuelve todo un caos, horrible la verdad!..pero tengo que reconocer q me rei cuando me imaginé la voz del choder diciendo "andá a cagar" jaja...esas cosas sólo pasan acá la verdaT!:)

    ResponderEliminar
  2. De sehuro le haz de haber dicho algo a quien te empujaba... jejejeje y muy buena la expresión utilizada por el chofer

    ResponderEliminar
  3. de quien era esa voz conocida Juan?

    ResponderEliminar